Audi afronta 2026 con una estrategia clara: en vez de lanzar carrocerías nuevas, prefiere refinar lo que ya tiene. Cinco gamas —A5, Q5, A6, A6 e-tron y Q6 e-tron— reciben una actualización coordinada de hardware y software pensada para que se conduzcan mejor y ofrezcan una experiencia a bordo más tecnológica. Más que un lavado de cara, es una vuelta de tuerca al coche como producto “vivo”.
El guiño al conductor entusiasta llega con el modo de conducción Dynamic plus en los S5 y S6 e-tron. En el S5, Audi exprime el diferencial deportivo quattro, capaz de repartir el par entre las ruedas para dar más protagonismo al eje trasero y afilar las reacciones en apoyo. En el S6 e-tron, esa personalidad la aporta una tracción total eléctrica y una vectorización de par que usa los frenos para colocar el coche. El resultado es un comportamiento más ágil y comunicativo, pero sin perder la estabilidad y el confort que se espera de la marca.
Dynamic plus no solo se nota en el chasis. La instrumentación digital y el head-up display adoptan gráficos específicos: cuentarrevoluciones central con luz de cambio en el S5, medidor de potencia en el S6 e-tron. Todo se coordina con el Audi drive select assistant, que analiza cómo y dónde se conduce y puede escoger automáticamente el programa más adecuado sin que el conductor tenga que bucear en menús.
Las ayudas a la conducción también suben de nivel. El control de crucero adaptativo es más refinado en autopista y puede asistir en cambios de carril iniciados por el conductor, aligerando trabajo en viajes largos. En ciudad, el reconocimiento de señales amplía su radio de acción: además de los límites de velocidad identifica stops, prioridades de paso o avisos de firme en mal estado, anticipando escenarios de riesgo.
En el día a día se agradecen especialmente las mejoras en aparcamiento. El nuevo park assist pro memoriza hasta cinco maniobras, de hasta 200 metros, y las repite de forma autónoma, ideal para ese garaje estrecho de cada mañana. Se suma un aparcamiento remoto manejado desde el smartphone. En paralelo, la iluminación da un salto: los faros matrix LED digitales ofrecen varias firmas lumínicas configurables y pueden proyectar símbolos sobre el asfalto, mientras que los pilotos OLED de segunda generación cambian de diseño según el modo elegido.
El interior se actualiza con una filosofía clara: menos distracción y más ergonomía. Audi introduce un nuevo volante, mejora los asientos delanteros en las versiones de combustión y devuelve protagonismo a los mandos físicos para funciones esenciales como la climatización. La interfaz digital se reorganiza con menús más sencillos y varias vistas para el cuadro de instrumentos, que permiten priorizar la navegación, la información clásica o los asistentes a la conducción.
La última pieza del puzzle es la inteligencia artificial y el bienestar a bordo. El asistente de voz entiende órdenes más naturales, consulta el manual del coche y aprende rutinas del conductor para proponer ajustes de forma proactiva. Una cámara opcional situada en la base del retrovisor interior actúa como dashcam 4K, guardando localmente los vídeos relacionados con frenadas de emergencia o incidentes. Y para las pausas, Audi propone escenarios ambientales —Activating, Relaxing o Harmonizing— que coordinan iluminación, sonido, masaje y climatización. En los eléctricos, además, aparece el modo Power Nap, que convierte el habitáculo en un pequeño refugio de descanso durante la recarga. La gama 2026 deja claro que el futuro del automóvil se juega tanto en el chasis como en el software y en cómo nos hace sentir cada kilómetro. Para el conductor de hoy y el aficionado de siempre.
