
El mercado automovilístico europeo continúa evolucionando, y el último informe sobre el coste total de propiedad (TCO) de los vehículos en Europa ha revelado un dato especialmente relevante: España se sitúa entre los países con los costes de propiedad de automóviles más bajos del continente. Esta situación supone una ventaja competitiva tanto para los consumidores particulares como para las empresas que optan por flotas de vehículos.
El TCO, o coste total de propiedad, incluye todos los gastos asociados a tener un vehículo durante su ciclo de vida. No solo se contempla el precio de adquisición, sino también factores como la depreciación, el mantenimiento, los impuestos, el seguro, los neumáticos, el consumo de combustible o electricidad y los costes financieros derivados de su financiación o leasing. El informe más reciente, basado en datos de 28 países europeos, destaca la posición favorable de España en este contexto. Según el estudio, el coste mensual medio de tener un coche eléctrico en España ronda los 840 euros, mientras que un vehículo diésel tiene un coste aproximado de 920 euros y uno de gasolina, cerca de los 990 euros mensuales. Estas cifras reflejan que, incluso en el caso de los modelos térmicos, España mantiene una estructura de costes más baja que la media europea.
Un aspecto especialmente llamativo del informe es que los vehículos eléctricos están comenzando a posicionarse como una opción más económica respecto a los modelos de combustión interna en un número cada vez mayor de países europeos. En segmentos como el de los vehículos compactos, el TCO de los eléctricos ya es inferior al de los coches de gasolina y diésel en más de la mitad de los países analizados. Además, en el segmento premium medio, los eléctricos son competitivos en todos los mercados europeos. Esta tendencia responde, en parte, al avance en la producción de baterías, a las ayudas gubernamentales para la compra de vehículos eléctricos y a la mejora de la infraestructura de carga. Todo ello ha permitido que el coste por kilómetro recorrido con un vehículo eléctrico sea significativamente más bajo que con un modelo de combustión.
El estudio también refleja notables diferencias entre países. Grecia se posiciona como el país más económico en cuanto a coste de propiedad de vehículos, con una media mensual de algo más de 800 euros. Le siguen países como Suecia y Finlandia. En el extremo opuesto se encuentra Suiza, donde el coste mensual supera ampliamente los 1.200 euros, convirtiéndose así en el país más caro para tener un coche en Europa. En el caso de España, su posición ventajosa se debe principalmente a los menores costes de financiación, impuestos y seguros, además de una oferta cada vez más amplia de modelos eficientes. Esto convierte al mercado español en un entorno atractivo tanto para particulares como para empresas de renting o leasing de vehículos.
En definitiva, el panorama europeo evidencia que el coste de propiedad se está convirtiendo en un factor clave a la hora de elegir un vehículo. La progresiva competitividad de los eléctricos, unida a las condiciones favorables en países como España, está acelerando la transición hacia una movilidad más sostenible y económicamente viable.