Conduje un Honda Civic del 2008 por una semana. ¿Vale la pena a día de hoy?

A estas alturas, después de haber conducido tantos coches, no esperaba que me sorprendiera el Civic Type-R ni su tren motriz, que sólo conocía por lo que había leído sobre él. El Type-R era atmosférico cuando todos sus rivales utilizaban motores turboalimentados para conseguir una potencia similar.

Eso significa que el Type-R es un coche diseñado para ser empujado con el acelerador, porque si no lo quieres, el coche lo pide constantemente. Con relaciones de cambio cortas y un acelerador electrónico ultrasensible, es difícil conducir el Type-R con suavidad porque parece tener vida propia.

El motor es un 2.0 litros atmosférico con tecnología VTEC. Para abreviar la explicación, se trata de un control de elevación de las válvulas de admisión y escape en función de la velocidad para lograr una mayor eficiencia térmica en todos los regímenes del motor.

Desarrolla 201 CV (1 CV más que el Civic Type-R anterior) a 7.800 rpm y estira las revoluciones hasta algo más de 8.300 rpm cuando corta la inyección de combustible. Es capaz de alcanzar una velocidad máxima de 235 mph y una impresionante aceleración de 0 a 100 mph de sólo 6,6 segundos.

El Civic Type-R 2007 tiene unas relaciones de cambio muy cortas. Como resultado, el sonido del motor es muy alto, incluso cuando se circula por autopista a 3.700 rpm en 6ª marcha a 120 km/h. Debido a esto, recupera muy bien, siendo muy rápido en 4ª marcha: 80-120 km/h en ~6,8 seg. Constantemente quiere guerra y por eso podemos ver la aguja del combustible bajar a medida que lo hace.

La dirección es muy directa y precisa, con asistencia eléctrica. La única pega es que a bajas velocidades el manejo parece más el de una berlina que el de un coche compacto. Cualquier curva que quieras negociar en carretera, tendrás la precisión de un cirujano con el Type-R.

En resumen, es un coche afilado, con una filosofía muy deportiva para la conducción diaria, pero es cierto que cuando le pides demasiado, parece que se pone algo exigente debido a cierta fatiga de los frenos y al desgaste de los neumáticos delanteros. Por otro lado, el consumo en conducción deportiva es alto porque seguirá siendo atmosférico, pero el motor, que gira entre 7000 y 8000 rpm, engulle una barbaridad.

Creo que es un gran coche. Le he hecho unos cuantos kilómetros y he consumido una media de 6,8 litros en el ordenador. La suspensión es un poco dura y el aislamiento acústico del habitáculo podría mejorarse, pero aun así me lo compraría sin dudarlo. Es muy divertido.

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