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Cómo limpiar la tapicería de un coche

La tapicería de un coche se mancha con facilidad… y es muy difícil de limpiar. Además, se ensucia con bastante frecuencia. Sudor (sobre todo ahora que ya casi estamos en verano), café, labiales, bolígrafos o rotuladores (especialmente si tenemos niños), chocolate, grasa, chicles, pelusillas… Cualquiera de ellas basta para que nuestro auto visite un lavadero de coches especializado.

Pero, ¿qué pasa si no quieres gastarte mucho dinero en una limpieza a fondo ni tienes demasiado tiempo para dejarlo en uno de estos lavaderos? Tranquilo: rebuscamos entre los trucos caseros de la abuela (los de toda la vida, sí) para dar con la solución adecuada a cada mancha. Así lo podrás hacer tú mismo sin gastar mucho dinero. 

Para ello basta con utilizar algún producto quitamanchas específico. Pero ¡ojo! porque antes de usarlos hay que leer atentamente las instrucciones de uso que vienen detalladas en el envase. Del mismo modo, antes de usar un quitamanchas puedes comprobar que no estropea ni destiñe en algún pequeño rincón escondido de la tapicería. También necesitarás un cubo con agua, un cepillo para limpiar la tapicería, limpiador jabonoso, varios trapos y unos guantes.

Mejor en días calurosos

Es mejor ponerse manos a la obra en días de calor para que la tapicería y las alfombras puedan secarse mejor y más rápido. Así, si es necesario repetir, podrás hacerlo en una misma mañana. Cuidado con los limpiadores que contengan disolventes, ya que pueden fundir el pegamento y algunas piezas de plástico del coche. 

Cabe destacar el caso de las tapicerías de cuero que necesitan productos específicos para su tratamiento. Tras la limpieza, es probable que algunas manchas no hayan saltado, pero es mejor dejarlo estar antes que cargarnos la tapicería. A continuación os dejamos trucos para limpiar algunas de las manchas más comunes: 

Bolígrafo y rotulador: existen quitamanchas específicos para ellos. Basta con aplicarlo con un paño y darle pequeños toques a la mancha hasta que desaparezca.

Café: aplica limpiador multiusos con agua caliente durante un minuto. Después haz espuma con el mismo. A continuación quítalo con un paño mojado en agua.

Caramelos: moja un paño con agua caliente y quita los restos pegajosos, que se irán disolviendo poco a poco.

Chicle: para los chicles pegados lo mejor es el frío. Rocía el chicle con aerosol congelador o pasa un cubito de hielo para enfriar la zona y raspa después con un raspador.

Chocolate: cepilla la mancha y pasa la aspiradora para absorber los restos que vayan saliendo. Después, echa un poco de agua caliente por encima, sin frotar y a continuación limpiacristales. Frótalo con un paño.

Coca-Cola: limpia bien la zona repetidas veces con una esponja mojada en agua caliente. A continuación, trata el resto de la mancha con el limpiador de tapicerías.

Lápiz de labios: empapa un paño en agua hirviendo y, sin frotar, dale pequeños toquecitos a la mancha. Cuando hayas ablandado la mancha un poco, termina de limpiarla con el limpiador de tapicerías.

Leche: ante una mancha de leche no hay que dejarla secar. Al contrario: mejor limpiarla rápido. Humedece la zona con limpiador multiusos, empapa un paño en agua hirviendo con desinfectante haciendo mucha espuma. Limpia con otro paño y vuelve a rociar con desinfectante. Vuelve a limpiar con otro paño empapado en agua.

Manchas de grasa: coloca un paño mojado en agua hirviendo para absorber la mancha. Después sécala con un trapo seco. A continuación frótala con un quitamanchas especial para manchas de grasa. Repite el proceso las veces que haga falta.

Moho: aunque no es muy habitual, también puedes encontrar alguna mancha de moho. Primero hay que cepillar las manchas y aspirar el polvillo resultante. A continuación se ha de aplicar una mezcla de vinagre con limpiador multiuso y con agua caliente hay que hacer espuma. Después, frota todo hasta dejarlo completamente seco. Finaliza la limpieza con un desinfectante.

Pegamento: pon un poco de disolvente de pegamento en un paño y dale suaves toques a la mancha. Repite el proceso hasta que se vaya, pero con cuidado de no rozar ninguna zona plástica del coche.

Pelos de perro y pelusilla: frota las zonas en las que más pelo haya con una esponja y con papel de lija. Después aspíralo todo.

Polvo: limpia bien la zona con un cepillo duro. Seguidamente, pasa la aspiradora. Repite las veces necesarias.

Sangre: enfría la mancha con agua helada o cubitos de hielo y absórbela mediante ligeros toques con un paño. A continuación aplica el limpiador de tapicerías y frota suavemente con un paño.

Sudor: requiere una limpieza intensiva con paños húmedos y el limpiador de tapicerías aunque para las manchas de sudor se recomienda que lo limpie un profesional, además de colocar fundas transpirables en los asientos.

Vómito: otra de las manchas que hay que retirar rápidamente y además con desinfectante, ya que dejará multitud de bacterias en la zona. En un cubo mezcla una gran cantidad de agua con desinfectante y limpiador multiusos. Frota la mancha con una esponja mojándola en esta mezcla las veces necesarias. Tras ello, aplica el limpiador.

Zumo: frota la zona con el limpiador multiusos hasta que desaparezca.

Después de la limpieza de cualquier mancha, siempre es recomendable terminar la limpieza general dando un repaso completo con el limpiatapicerías, para cerciorarnos de que no queda ninguna mancha ni lamparones. También cabe recordar que no hay que frotar con demasiada fuerza la tapicería para no dañarla mucho.

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