RadRunner quiere ser una opción barata y potente para aquellos que buscan una bicicleta eléctrica urbana

El fabricante estadounidense Rad Power Bikes acaba de incorporar a su catálogo una nueva bicicleta eléctrica urbana, denominada RadRunner, que sigue la línea asequible de la marca. En Europa costará 1.199 euros y está disponible a través de la web de la compañía en dos colores con la opción de incluir una serie de accesorios que elevan el precio total a 1.377 euros.

En este nuevo modelo, los diseñadores han tratado de combinar todo lo bueno de algunas de las bicicletas eléctricas que componen su catálogo. Tiene los neumáticos gordos de la RadRover, el chasis de la RadMini, que ofrece maniobrabilidad y comodidad, y la capacidad de transporte de la RadWagon. También ofrece la funcionalidad de un ciclomotor eléctrico autónomo.

Entre las especificaciones técnicas más importantes de la RadRunner se encuentra su motor eléctrico de 250 W, adaptado a la homologación europea EPAC (Electronically Power Assisted Cycles). Por ello, no se pone en marcha si no se gira el pedal, y la velocidad máxima a la que asiste es de 25 km/h. La versión que se vende en Estados Unidos tiene un motor de 750 W y puede alcanzar velocidades de hasta 32 km/h. Gracias a las ruedas de 20 pulgadas con neumáticos Kenda de 3,3 pulgadas, el par motor aumenta en comparación con las ruedas de 26 pulgadas. El modelo está equipado con una batería de 48 V y 14 Ah, con una capacidad de 672 Wh, que proporciona una autonomía estimada de 55 a 88 km con una sola carga, que según el fabricante tarda seis horas.

El peso total de la moto es de 29,5 kg, incluida la batería. Puede soportar una carga máxima de 140 kilogramos y 55 kilogramos en el bastidor trasero. También viene de serie con frenos de disco proporcionados por Tektro, cuatro ajustes de asistencia, un controlador de manillar, sistema de iluminación LED delantero y trasero que también incluye una luz de freno, y un acelerador (en la versión estadounidense).

También hay disponibles varios extras, como guardabarros o una caja de carga que encaja en el espacio que deja el bastidor. En el bastidor trasero se puede instalar un asiento blando, una caja de transporte grande, un asiento para niños o alforjas. También se pueden instalar almohadillas plegables para los pies y un faldón protector de plástico en la rueda trasera para proteger las pertenencias (y los pies de los niños) de los radios. En la parte delantera, donde se encuentra el faro, se puede instalar otro soporte y caja de transporte.

Para reducir el precio de venta de una bicicleta eléctrica con estas características, Rad Power tuvo que hacer algunas concesiones. La primera de ellas es la eliminación del desviador, por lo que la transmisión es de una sola velocidad. Esta característica, que puede ser importante para un uso más exigente y en el caso de recorridos urbanos en una bicicleta diseñada para el desplazamiento y no para el deporte, puede no ser necesaria, y además reduce la complejidad y el mantenimiento. Tampoco hay suspensión en la horquilla delantera, que puede aportar algo de comodidad pero no es imprescindible, sobre todo teniendo en cuenta el grosor de los neumáticos (3,3 pulgadas).

El mando del manillar es otra concesión. No hay pantalla LED con indicadores de velocidad, distancia o alcance. Sólo hay una serie de indicadores luminosos que informan sobre la capacidad de la batería, el nivel de asistencia y el estado de las luces delanteras y traseras.

Además del nuevo modelo, el RadWagon Electric Cargo y el RadRhino Electric Fat Bike (la versión europea del Rad Rover) están disponibles en el sitio web europeo del fabricante y pueden adquirirse por 1.700 euros.

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