Descubre las razones por las que los frenos de tu coche hacen ruido

Mantener los frenos de tu coche en buen estado es vital para tu seguridad, así que si tienes alguna duda sobre su funcionamiento, debes prestarles la atención que necesitan. Normalmente, cuando algo va mal, empiezan a sonar cuando los usas. Pero, ¿cuáles podrían ser las razones de esto? Veamos las más comunes.

1. Pastillas de freno desgastadas

Los frenos que empiezan a pitar porque las pastillas están desgastadas es uno de los problemas de frenos más comunes. Pueden hacer un sonido chirriante causado por las pinzas peladas, o pueden traquetear porque están golpeando los discos.

Ten cuidado porque esto reduce la capacidad de frenado, y también puede hacer que los propios discos se rompan. También pueden haber cristalizado. No tendrá más remedio que sustituirlos.

2. Contaminación y suciedad

El sistema de frenos puede acumular suciedad por varias razones. El primero de ellos se debe a la fricción de la propia pastilla de freno. El polvo también puede acumularse en ellos, ya sea porque no hemos utilizado el coche durante mucho tiempo o porque circulamos constantemente por carreteras que no están limpias. Sobre todo en el segundo caso, el kilometraje hará que todo vuelva a la normalidad y dejarán de traquetear.

3. Humedad

La humedad es otro factor que puede hacer que las pastillas de freno chirríen, especialmente si se aparca en la calle en invierno. Como en el caso de la suciedad, al cabo de unos kilómetros verás como el ruido ha desaparecido.

4. Discos de freno en mal estado

Los discos de freno pueden estar en mal estado por diversas razones. Pueden ser de mala calidad, estar deformados o mal rectificados.

Se puede saber que el problema está aquí porque aunque se sustituyan las pastillas de freno, no se dejará de oír el molesto chirrido que emitirá el sistema. Si tienes que sustituir los discos, comprueba también las demás partes del sistema de frenos.

5. Si frenas demasiado

Los frenos deben utilizarse cuando sean necesarios, y no más. Por ejemplo, si puedes levantar el pie para que tu propio impulso te frene, siempre es mejor utilizar el pedal del freno. Si se abusa del pedal de freno, se pueden sobrecalentar las pastillas de freno y, a la larga, hacer que se cristalicen, produciendo un ruido molesto cuando se les exige que trabajen bien.

También hay que tener cuidado con las pastillas de freno nuevas, que necesitan un tiempo de rodaje para adaptarse a la forma de los discos utilizados. Si frenas bruscamente desde el principio, provocarás una deformación que acabará manifestándose en forma de ruidos molestos.

6. Vibración

Las vibraciones que se producen entre las pastillas y los discos pueden provocar molestos chirridos, aunque ambas partes estén en buen estado. Sin embargo, las pastillas de freno actuales suelen llevar inserciones de teflón en la parte trasera para evitarlo.

Temas relacionados

Recibe nuestro
boletín de noticias
Recibe todas nuestras novedades y noticias directamente en tu correo electrónico.