Malos hábitos de conducción que pueden averiar tu coche

Hay algunos malos hábitos que muchos de nosotros mantenemos en nuestro día a día, y que poco a poco amenazan los componentes mecánicos de nuestros vehículos. A menudo se trata de un comportamiento que se lleva a cabo de forma inconsciente. Comportamientos que no siempre conducen a un fallo inmediato, pero que van minando la fiabilidad de ciertos componentes.

Revoluciones del motor insuficientes

Los motores modernos, especialmente los diésel, utilizan sistemas antiincrustantes que requieren un mayor número de revoluciones para alcanzar la temperatura de funcionamiento y regenerarse. El hecho de no alcanzar el régimen adecuado del motor también contribuye a la acumulación de depósitos de carbono, que también pueden causar problemas a largo plazo.

Excesivo número de revoluciones del motor en frío

Otro de los hábitos más estresantes para un motor es acelerarlo demasiado antes de que alcance la temperatura de funcionamiento. Lamentablemente, la práctica de instalar un sensor de temperatura del circuito de aceite del motor es cada vez menos común. En ausencia de este dispositivo, el mejor consejo es conducir con cuidado durante unos minutos, tiempo durante el cual el motor alcanzará la temperatura de funcionamiento y el aceite lubricante comenzará a fluir de forma natural.

Vaciar el depósito de combustible hasta la reserva

Evita exprimir hasta la última gota de combustible. Y no sólo porque puedas quedarte sin combustible (lo que podría costarte incluso una multa). Cuando exprimes el depósito hasta la última gota, haces que la bomba de combustible trabaje más para tomar el combustible.

No seguir los calendarios de mantenimiento y cambio de aceite

Los intervalos de mantenimiento de los vehículos, es decir, los cambios programados de aceite y filtro, no fueron inventados por los fabricantes para hacer ganar dinero al mecánico. De hecho, los fabricantes tienen buenas razones para que estos intervalos sean seguros para tu vehículo, pero lo suficientemente largos como para no aumentar los costes de mantenimiento del mismo.

Pisar mal el pedal del embrague

El pedal del embrague, que cuando se pisa realmente desconecta la transmisión, sólo debe pisarse cuando se vaya a cambiar de marcha. Ni antes ni después. Sigue estos 5 consejos:

  1. Evita poner el pie en el pedal del embrague (asegúrate de que tu pie izquierdo está apoyado en el reposapiés a la izquierda del embrague).
  2. Cada vez que cambies de marcha, asegúrate de pisar el pedal hasta el fondo.
  3. No sueltes el embrague demasiado rápido para no crear una fricción innecesaria.
  4. Al frenar, no dejes el pie izquierdo en el pedal del embrague, desactiva las marchas y permanece en punto muerto.
  5. Aprende a controlar el "punto de embrague" para evitar que se queme el embrague al bajar pendientes pronunciadas.

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