Multas de tráfico, una práctica de miles de años

Hoy en día es muy común tener en cuenta que incumplir las normas de tráfico o estacionamiento puede suponer una buena multa. Pero estas amonestaciones no siempre han existido, aunque eso sí, tienen más tiempo que los propios coches a motor.

La primera multa de la historia

La primera multa documentada consta de un papiro egipcio, fue impuesta a un conductor que circulaba con su carro bajo los efectos del alcohol hace más o menos 2.800 años.

Este ebrio conductor atropelló a una niña y chocó con una estatua, por lo que fue condenado a ser colgado en la puerta de la taberna en la que se había emborrachado mientras los animales carroñeros daban buena cuenta de sus restos.

La primera norma vial

Fue un poco después, en el Imperio Romano, cuando surgió la necesidad de regular el tráfico a través de una normativa. El tráfico en las grandes ciudades comenzaba a ser un problema. Para ello se creo la primera restricción de tráfico.

Esta norma estipulaba que solamente los carros que transportasen materiales para obras públicas o o templos podían circular durante el día, prohibiendo la circulación a vehículos privados. Excepto, claro está, el de los generales victoriosos o sacerdotes en servicio religioso.

¿Por qué se circula por la derecha?

Muchos años después, en el 1300, el Papa Bonifacio VIII, ante la avalancha de cristianos que acudían en peregrinación al Vaticano, estableció que todos los carros debían circular por la izquierda para que, de esta manera, el tráfico fluyese de forma más ordenada.

Fue Napoleón el encargado de cambiar esa ley, haciendo que los vehículos circulasen por la derecha, excepto en Inglaterra, que continúan haciéndolo por la izquierda por el sencillo motivo de que Napoleón nunca pudo conquistar esas tierras.

El primer código de tráfico español

En el siglo XV, con el Imperio Español en ciernes, el tráfico de aquella Castilla que comenzaba a establecer su tejido comercial era cada vez más grande, lo que supuso un gran aumento de los accidentes de tráfico.

Fue la reina Isabel la Católica la que dictó el primer código de sanciones de tráfico en España, que se centraba, sobre todo, en los conductores borrachos. Aunque no se les podía hacer soplar debido a las limitaciones técnicas de la época, las multas iban desde una sanción económica hasta el embargo del carro o una temporada en prisión.

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